Párr. 20 (2) Asegurar que toda persona privada de la libertad reciba de la administración, a las horas costumbradas, una alimentación de buena calidad, bien preparada y servida, cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus fuerzas.
Párr. 19 Reducir a la mitad el porcentaje de personas, a nivel mundial, que padezcan hambre, en conjunto con la comunidad internacional.
Anexo Párr. 22 Limitar la ingesta energética procedente de: a) grasas, sustituyendo las grasas saturadas por grasas insaturadas, y eliminar los ácidos grasos trans; aumentando el consumo de frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos; b) azúcares libres; c) sal y reemplazarla por el consumo de sal yodada.
Párr. 41 (2) y (4) Examinar las políticas relativas a los alimentos y a la agricultura para determinar los posibles efectos sanitarios en el suministro de alimentos, en particular: a) Las políticas fiscales pues los precios influyen en las decisiones de los consumidores. b) Las políticas y la producción agrícolas que tienen un efecto muy importante en las dietas nacionales.
Párr. 60 Mejorar el suministro de frutas y verduras también puede mejorarse fomentando la producción local sostenible y estableciendo una cadena de suministro local eficaz. En ese sentido, se debe recapacitar sobre las políticas encaminadas a ampliar la producción ganadera, al tiempo que se garantiza la idoneidad de las fuentes de grasas insaturadas marinas y terrestres.
Principios 11 a 24 Garantizar que las empresas del sector agroalimentario respeten el derecho a una alimentación adecuada, evitando vulnerar este derecho y tratando de impedir cualquier repercusión negativa de sus actividades en el disfrute de dicho derecho.